— Estamos compuestos de pedazos de las personas que hemos querido y nos han querido.
Inevitablemente, nuestra historia lleva partes de la historia de las personas que se atraviesan en nuestro camino a lo largo de nuestras vidas, así como las historias de esas personas también se componen de nosotros.
En la adolescencia, fui una chica muy “amiguera”. Era muy fácil para mí hacer amigos. Amigos por aquí y por allá. Era muy fácil conectar con alguien nuevo.
Me encanta reconocer que fue una época donde, las redes sociales no eran la base de la vida como son hoy, eran únicamente un medio de comunicación para mantener la conexión de las relaciones.
Ser vulnerable con el resto nunca fue un problema. Ser vulnerable con el resto era algo que no tenía porque ser encasillado como bueno o malo, simplemente era. Mis padres me enseñaron la importancia de ser vulnerable, de contar tu historia en voz alta, que no había nada de malo con tus experiencias de vida, al contrario había mucho por ganar con ellas, que ser vulnerable era lo normal.
Durante mucho tiempo me preguntaba: dónde quedo esa versión de mí? La versión de mí que no tenía miedo a contar su historia para conectar con el resto. La Gaby vulnerable.
Me esforzaba tanto por regresar a esa versión para poder hacer nuevos amigos, así como preservar los que ya tenía.
En qué momento cambio? —Cuando la gente comenzó a quedarse en el camino sin que yo quiera dejarlos ahí.
El tema de rupturas amorosas nunca me dolieron tanto como las de amistades. Pensé que las amistades SI eran para siempre (a diferencia de las parejas). Pensé que las amistades, a pesar de todo, conservaban tu vulnerabilidad y la atesoraban, tal cual lo hacía yo.
Con el tiempo me di cuenta que ser vulnerable es un regalo que puedes dar a los demás, pero que eso no quiere decir que va haber reciprocidad. Con el tiempo comprendí que mientras nos hacemos adultos, la vulnerabilidad se convierte en un arma de doble filo.
Me hice adulta, y con esa nueva realidad, saltaba de polo a polo. O era demasiado oversharing o muy cerrada, reservada, seria y hasta callada. No encontraba el equilibrio. Tenía miedo de volver a ser vulnerable con quien no debía. Cómo podía tener seguridad de que mi regalo de ser vulnerable, sea nuevamente desechado y/o utilizado para crear barreras y poner excusas que nos separen.
Quería que mi regalo al ser vulnerable nos una y conecte. Que complicado se volvió ser vulnerable, cuando en su momento fue lo más simple en mis relaciones. La evolución de las relaciones lo complicaron.
Pasaron los años, y con ellos llegaron nuevas personas que componen también mi historia. Solté el control respecto a las personas que se iban y llegaban. Comencé a ver a las amistades como piezas de rompecabezas, las cuales tenían su espacio designado al ser armado, pero que simplemente no tenían cabida en otros lugares.
Entonces entendí que, la vulnerabilidad no era el problema, sino el ser vulnerable con las personas incorrectas. No todas tenían que formar parte del rompecabezas, había algunas que estaban de paso, habían otras que venían a dar lecciones y habían otras que permanecerían a pesar de todo. A ellas les daría el beneficio de ser receptoras de mi vulnerabilidad.
Aprendí a leer a la gente. Aprendí a leerme a mí misma respecto a la gente. Aprendí a ser vulnerable con las personas correctas. Aprendí a reconectar con los que ya estaban, con el recuerdo de los que se fueron y las personas que llegaron.
Me prometí que, el regalo de ser vulnerable es un privilegio que solo pocos pueden gozárselo. En contraposición a lo que las redes sociales nos dicen: “sé vulnerable para conectar (y en muchos casos vender'-se)”, no soy partidaria de esta idea.
La privacidad es un lujo en el mundo moderno. Parte de esa privacidad es la vulnerabilidad. Las revoluciones sociales modernas, deberían tratar estas características que han hecho del mundo un lugar poco amable, pero muy superficial.
Compartir en exceso tu historia en redes sociales, puede afectarte en mucho niveles físicos y mentales, porque puede confundirte y hacerte creer que existen realidades paralelas, entre verdaderas y ficticias.
Compartirte por vender(te) es comprensible. En un mundo donde necesitamos de recursos para (sobre)vivir, nunca cuestionare estas acciones, sin embargo es una propuesta que ya no comparto.
Después, de un periodo de 4 años de muchas lecciones, el 2024 se convierte en el año donde decido integrar los aprendizajes para crear nuevamente esa amabilidad conmigo misma, mi mundo y mi realidad.
Quiero una vida más amable porque me merezco esa paz, calma y estabilidad. Todos lo merecemos. Es por eso que, a pesar de que suene difícil, duro y triste, aprender a ser vulnerable con las personas correctas es un acto revolucionario conmigo misma, que estoy segura me protegerá del pasado, el presente y el futuro en todas sus formas posibles.
Aprender a conservar ciertas historias para ciertas ocaciones y ciertas personas, me llevara a los lugares donde quiero estar y ser.
Así que, te invito a ser rebeldemente vulnerable siempre que puedas pero, con las personas correctas. Sé vulnerable con aquellas personas que se vuelven tus cómplices, tus mayores admiradores, tus consejeros y apoyo.
Tengo la seguridad de que allá afuera aún podemos encontrar personas que también buscan ser vulnerables para conectar de manera sincera y real. No perdamos la fé ni la confianza en que podemos seguir conectando a través de la vulnerabilidad.
No tengamos miedo a ser vulnerables con quienes quieren compartir la vida contigo.
Con amor,
Gaby
Escritura reflexiva y práctica para nuestra vida cotidiana:
Ejercicios de escritura terapéutica — Lección 1.
Durante 4 semanas, recibirás un correo con distintas lecciones que me llevo de este año para crear una vida más amable conmigo misma y tendrás este kit de escritura al final para trabajar las distintas temáticas que son tratadas carta por carta.
Es un regalo que quiero hacerte para resignificar diciembre como el mes de inicios y no de cierres (lee aquí la carta pasada para tener mayor contexto <3)
En esta ocasión te dejo 3 ejercicios que AMO para reflexionar, integrar y avanzar analizando y abrazando el pasado:
Lecciones del pasado:
Escribe sobre una lección importante que aprendiste del pasado.
Cómo se ve esa lección? Ponle un color, una forma y un sabor/olor. *te recomiendo 100% dibujarla <3
Cómo la aplicas en tu vida actual?
Momento de transformación:
Reflexiona sobre un momento clave del pasado que cambio tu vida.
Describe como te sentiste en ese momento y cómo esa experiencia te ha moldeado en el presente.
Carta al pasado:
Escribe una carta a tu yo del pasado.
Describe lo que has aprendido desde entonces y cómo has crecido.
Agradece a tu yo pasado por todas las experiencias y lecciones vividas.
En mi caso utilice estos 3 ejercicios para conversar con mi vulnerabilidad, para reconocerla y amigarme con ella.
Espero que les contribuyan muchooo estos 3 ejercicios <3
Pdt: Creo que en ningún día, mes o año se cierra algo. Solo comenzamos a poner puntos, y a continuación seguimos contando nuestras historias. Lo del pasado compone el presente e influye en el futuro. No terminamos, no cerramos, ni cuando es nuestro último día de nuestras vidas. Siempre seguimos contando lo que éramos, somos o queremos ser, lo que hicimos, hacemos o queremos hacer, lo que quisimos, lo que queremos o lo quisiéramos.